¿Se siente muy preocupado por todo lo que le pasa en la vida, aunque que tenga pocas razones, o ninguna para estarlo?
¿Se siente muy ansioso, preocupado por cosas pequeñas casi todo el día, cada día?
¿Tiene miedo de que todo siempre le salga mal?
Todos nos preocupamos por cosas como la salud, el dinero, o los problemas familiares en un momento u otro. Pero las personas que tienen TAG están sumamente preocupadas por estas y muchas otras cosas, incluso cuando hay poca o ninguna razón para preocuparse por ellas. Hasta llegan a ponerse muy ansiosas con tan solo lidiar con las cosas de cada día. Creen que las cosas siempre van a salir mal. A veces, las preocupaciones impiden a quienes tienen TAG realizar las actividades diarias.
El TAG se desarrolla lentamente. A menudo comienza durante la adolescencia o juventud. Los síntomas pueden mejorar o empeorar en distintos momentos, y a menudo empeoran en momentos de estrés.
Las personas que tienen TAG puede que visiten a un médico muchas veces antes de descubrir que tienen este trastorno. Les piden a los médicos que las ayuden a aliviar sus dolores de cabeza o problemas para dormir, que pueden ser síntomas del TAG, pero no siempre obtienen de inmediato la ayuda que necesitan. A los médicos les puede llevar algún tiempo asegurarse de que una persona tiene TAG y no otra enfermedad.
Quienes tienen TAG padecen los siguientes síntomas:
A veces el TAG es hereditario, pero nadie sabe con seguridad por qué algunas personas lo tienen y otras no. Los investigadores han descubierto que el miedo y la ansiedad involucran varias partes del cerebro. Al aprender más sobre cómo funciona el miedo y la ansiedad en el cerebro, los científicos podrán crear mejores tratamientos. Además, los investigadores están intentando descubrir de qué manera el estrés y los factores ambientales pueden estar involucrados.
Primero, hable con su médico acerca de sus síntomas. El médico le realizará un examen para asegurarse de que no sea otro problema físico el que está causando los síntomas. El médico puede derivarlo a ver a un especialista de la salud mental.
Por lo general, el TAG se trata con psicoterapia, medicamentos o ambos.
Psicoterapia. El tipo de psicoterapia llamada terapia cognitiva-conductual es especialmente útil para tratar el TAG. Le enseña a la persona diferentes maneras de pensar, comportarse y reaccionar a distintas situaciones con el objetivo de ayudarla(o)a sentirse menos ansiosa o preocupada.
Medicamentos. Los médicos también pueden recetar medicamentos para ayudar a tratar el TAG. Hay dos tipos de medicamentos que se recetan con más frecuencia para tratar el TAG: los medicamentos ansiolíticos (medicamentos para controlar la ansiedad/los nervios) y los antidepresivos. Los medicamentos ansiolíticos son fuertes y existen diferentes tipos. Muchos hacen efecto de inmediato, pero generalmente no deben tomarse durante largos períodos de tiempo.
Los antidepresivos se usan para tratar la depresión, pero también sirven para tratar el TAG. Los antidepresivos pueden tardar varias semanas en hacer efecto. Estos medicamentos pueden causar efectos secundarios, como dolor de cabeza, náuseas o dificultad para dormir. Generalmente, para la mayoría de las personas, estos efectos secundarios no se convierten en un problema, en especial si se comienza con una dosis baja y se aumenta lentamente con el paso del tiempo. Hable con su médico acerca de cualquier efecto secundario que tenga.
Es importante saber que, aunque los antidepresivos pueden ser seguros y efectivos para muchas personas, también pueden ser riesgosos para algunas, en especial para niños, adolescentes y adultos jóvenes. Se ha agregado una etiqueta de "caja negra" —el tipo más serio de advertencia que puede tener un fármaco recetado— a los medicamentos antidepresivos. Estas etiquetas les advierten a las personas que los antidepresivos pueden causar pensamientos suicidas o intentos de suicidio. Toda persona que tome antidepresivos debe ser supervisada de cerca, especialmente cuando comienza un tratamiento con estos medicamentos.
A algunas personas les va mejor con la terapia cognitiva-conductual, mientras que para otras son mejores los medicamentos. Incluso para otras, lo mejor es una combinación de los dos. Hable con su médico acerca de cuál es el tratamiento indicado para usted.
Es un tipo de trastorno de ansiedad en el cual usted tiene ataques repetitivos de intenso miedo de que algo malo va a ocurrir.
La causa se desconoce, aunque los genes pueden jugar un papel. Si un gemelo idéntico presenta este trastorno, el otro gemelo también presentará la afección en el 40% de las veces. Sin embargo, el trastorno de pánico a menudo ocurre cuando no hay ningún antecedente familiar.
El trastorno de pánico es dos veces más común en las mujeres que en los hombres. Los síntomas por lo general comienzan antes de los 25 años de edad, pero pueden ocurrir hacia los 35 años. Aunque el trastorno de pánico se puede presentar en niños, no suele diagnosticarse hasta que son mayores.
Una crisis o ataque de pánico comienza de repente y con mucha frecuencia alcanza su punto máximo al cabo de 10 a 20 minutos. Algunos síntomas pueden continuar durante una hora o más. Un ataque de pánico se puede confundir con uno cardíaco.
Los ataques de pánico pueden incluir ansiedad respecto a estar en una situación donde un escape pueda ser difícil (como estar en una multitud o viajando en un auto o autobús).
Una persona con trastorno de pánico a menudo vive con miedo de otro ataque y puede sentir temor de estar sola o lejos de la ayuda médica.
Las personas con trastorno de pánico tienen por lo menos cuatro de los siguientes síntomas durante un ataque:
Los ataques de pánico pueden cambiar el comportamiento y desempeño en el hogar, el trabajo o la escuela. Las personas con este trastorno a menudo sienten preocupación acerca de los efectos de sus ataques de pánico.
Las personas con trastorno de pánico pueden tener síntomas de:
Los ataques de pánico no se pueden predecir. Al menos en las primeras etapas del trastorno, no hay ningún desencadenante que comience el ataque. El recuerdo de un ataque pasado puede provocar ataques de pánico.
Muchas personas con trastorno de pánico acuden primero a buscar tratamiento en la sala de urgencias, porque el ataque de pánico se siente como un ataque cardíaco.
El médico llevará a cabo un examen físico, incluyendo una evaluación psiquiátrica.
Se harán exámenes de sangre. Se deben descartar otros trastornos médicos antes de poder diagnosticar un trastorno de pánico. También se deben considerar los trastornos relacionados con la drogadicción, dado que los síntomas pueden simular ataques de pánico.
El objetivo de la terapia es ayudarlo a desempeñarse bien durante la vida diaria. Una combinación de terapia cognitiva conductista (TCC) y medicamentos funciona mejor.
Los antidepresivos llamados ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina) son los medicamentos más comúnmente recetados para el trastorno de pánico y abarcan:
Otros medicamentos que se pueden utilizar abarcan:
Sus síntomas deben mejorar lentamente durante unas cuantas semanas. Hable con su médico si esto no sucede. No deje de tomar sus medicamentos sin hablar con su médico.
La terapia cognitiva conductual le ayuda a entender sus comportamientos y cómo cambiarlos. Usted debe tener de 10 a 20 consultas durante muchas semanas. Durante la terapia, usted aprenderá cómo:
Lo siguiente también puede ayudar a reducir el número o la gravedad de los ataques de pánico:
Los trastornos de pánico pueden ser duraderos y difíciles de tratar. Es posible que algunas personas con este trastorno no se curen con tratamiento; sin embargo, la mayoría mejora con una combinación de medicamentos y terapia conductista.
El abuso de sustancias puede ocurrir cuando la gente que tiene ataques de pánico trata de hacerle frente a su miedo consumiendo alcohol o drogas ilícitas.
Las personas con el trastorno de pánico tienen mayor probabilidad de vivir desempleadas, de ser menos productivas en el trabajo y tener relaciones personales difíciles, que incluyen problemas matrimoniales.
La agorafobia es cuando el miedo a futuros ataques de pánico lleva a alguien a evitar situaciones o sitios que se piensa causan los ataques. Esto puede llevar a una persona a poner restricciones extremas acerca de los lugares a donde va o quién está alrededor.
La dependencia de los ansiolíticos es una posible complicación del tratamiento. Dicha dependencia implica la necesidad del medicamento para poder desenvolverse y evitar los síntomas de abstinencia. No es lo mismo que adicción.
Solicite una cita con el médico si los ataques de pánico están interfiriendo con su trabajo, las relaciones interpersonales o la autoestima.
Si usted tiene ataques de pánico, evite lo siguiente:
Estas sustancias pueden desencadenar o empeorar los síntomas.
Crisis de angustia (ataques de pánico)
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Versión en inglés revisada por: Timothy Rogge, MD, Medical Director, Family Medical Psychiatry Center, Kirkland, WA. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M. Health Solutions, Ebix, Inc.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/tutorials/managingstressspanish/htm/_yes_50_no_0.htm
PSIQUIATRA PSICOTERAPEUTA, MASTER EN ADICCIONES, DOCTOR EN MEDICINA VICTOR MOROCHO CASTAÑEDA
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