TABAQUISMO
¿Cómo produce sus efectos el tabaco?
Tomado del National Institut On Drug Abuse
https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/serie-de-reportes/adiccion-al-tabaco/
Hay más de 7,000 sustancias químicas en el humo de los productos de tabaco. De éstas, la nicotina, descubierta a principios del siglo XIX, es el principal componente adictivo del tabaco.
El hábito de fumar cigarrillos es el método más popular de consumo de tabaco. Sin embargo, recientemente también se ha visto un aumento en la venta y consumo de productos de tabaco sin humo, tal como el tabaco en polvo (rapé o “snuff”) y el tabaco de mascar. Estos productos sin humo también contienen nicotina así como muchas otras sustancias químicas tóxicas.
Un fumador típico inhala 10 veces a lo largo del periodo de 5 minutos en que el cigarrillo está prendido. Es así que una persona que fuma una cajetilla y media (30 cigarrillos) por día, recibe 300 inhalaciones de nicotina diarias.
¿Es adictiva la nicotina?
Sí. La adicción se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de la droga, a pesar de las consecuencias negativas para la salud. Está bien documentado que la mayoría de los fumadores consideran el uso del tabaco un hábito dañino y expresan el deseo de reducir o descontinuar su uso. Cada año casi 35 millones de fumadores tratan de romper el hábito, pero desgraciadamente, más del 85 por ciento de los que tratan de dejar el hábito sin ayuda recaen, la mayoría en una semana.

Plantas de tabaco
La nicotina actuia sobre receptores en las neuronas del cerebro provocando placer.
La mayoría de los fumadores cree que el tabaco es dañino y expresa un deseo de querer disminuir o dejar de consumirlo. Alrededor de 35 millones de fumadores intentan romper con el hábito cada año.
La nicotina fumada tarda 10 segundos en llegar al cerebro, asi tambien su efecto dura solo algunos minutos y para mantener el placer y relajacion es necesario prender de nuevo otro cigarrillo.
Entre los síntomas del síndrome de abstinencia de la nicotina se encuentran la irritabilidad, los deseos vehementes por la droga (“cravings”), un déficit cognitivo y de atención, las perturbaciones en el sueño y el aumento del apetito. Estos síntomas pueden comenzar a las pocas horas después de haber fumado el último cigarrillo, haciendo que las personas vuelvan a fumar. Los síntomas llegan a su punto máximo en los primeros días después de haber dejado el cigarrillo y se pueden aplacar en unas pocas semanas. Sin embargo, para algunas personas los síntomas pueden durar meses.
Para algunas personas, el hecho de sentir, oler o mirar un cigarrillo, así como el rito de obtener, manipular, encender y fumar el cigarrillo, están asociados con los efectos placenteros de fumar y pueden empeorar los síntomas del síndrome de abstinencia o exacerbar los deseos por fumar. Aunque las terapias de reemplazo de la nicotina como el chicle o goma de mascar, los parches o los inhaladores, pueden aliviar los aspectos farmacológicos del síndrome de abstinencia, a menudo los deseos por el cigarrillo perduran. Mientras tanto, las terapias conductuales ayudan a los fumadores a identificar los factores ambientales que inducen el deseo poderoso (“cravings”) por el cigarrillo de manera que puedan emplear estrategias para prevenir o mitigar los deseos.

La dependencia de la nicotina :
Aunque se desarrolla rápidamente tolerancia a las náuseas y vómito experimentados cuando se empieza a fumar,
la tolerancia a las propiedades estimuladoras centrales es incompleta.
Además, la tolerancia disminuye durante el sueño nocturno, por lo que los primeros cigarrillos del día producen
los efectos más intensos sobre las respuestas fisiológicas y conductuales. Posteriormente, la tolerancia aumenta
durante el día a medida que se fuman más cigarrillos.
El tabaquismo suele iniciarse en condiciones sociales en las que existe un refuerzo del hábito; por ejemplo, por
presión del círculo social.

Los síntomas de la abstinencia de la nicotina duran al menos varias semanas y la interrupción brusca o reducción en la cantidad de cigarrillos que fuma puede presentar los siguetees síntomas:
1. Avidez por la nicotina
2. Irritabilidad, frustración o cólera
3. Ansiedad
4. Dificultad en concentrarse
5. Inquietud
6. Impaciencia
7. Insomnio
8. Disminución de la frecuencia cardiaca
9. Aumento del apetito o del peso corporal.
MEDICIÓN DE LA DEPENDENCIA DE LA NICOTINA
CUESTIONARIO DE TOLERANCIA DE FAGERSTÖM.
Permite evaluar su nivel de dependencia a la nicotina.
1. ¿Cuánto tiempo transcurre desde que se levanta hasta el primer cigarrillo?
Menos de 30 minutos 1 punto
Más de 30 minutos 0 punto
2. ¿Tiene dificultades para no fumar en los lugares donde está prohibido (iglesia, biblioteca, cine, etc)?
Si 1 punto
No 0 punto
3. ¿Qué cigarrillo le costará más suprimir?
El primero de la mañana 1 punto
Cualquier otro 0 punto
4. ¿Cuántos cigarrillos fuma al día?
15 o menos 0 punto
16 - 25 1 punto
26 o más 2 punto
5. ¿Fuma más frecuentemente durante las primeras horas del día que durante el resto del día?
Si 1 punto
No 0 punto
6. ¿Fuma cuándo debe guardar cama por una enfermedad la mayor parte del día?
Si 1 punto
No 0 punto
7. ¿Cuál es el nivel de nicotina de su marca de tabaco actual?
0.9 mg o menos 0 punto
1.0 - 1.2 mg 1 punto
1.3 mg o más 2 punto
8. ¿Inhala el humo?
Nunca 0 punto
A veces 1 punto
Siempre 2 punto
Una puntuación < 7 = nivel bajo de dependencia de la nicotina,
Puntuación > 7 = nivel elevado de dependencia de la nicotina.
La puntuación máxima es 11.
¿Hay tratamientos eficaces para la adicción al tabaco?
Sí, hay investigaciones extensivas que han mostrado que los tratamientos para la adicción al tabaco sí funcionan. Aunque algunas personas pueden por sí mismas romper con el hábito, muchas personas necesitan ayuda para dejar de fumar. Esto es particularmente importante porque dejar de fumar puede tener beneficios inmediatos a la salud. Por ejemplo, a las 24 horas de haber dejado de fumar, la presión arterial y la probabilidad de un ataque al corazón disminuyen. Los beneficios a largo plazo de dejar de fumar incluyen menor riesgo de un ataque al cerebro, cáncer pulmonar y otros tipos de cáncer y enfermedades coronarias. Un hombre de 35 años que deja de fumar aumenta su expectativa de vida en un promedio de 5 años.

Los estudios realizados en gemelos indican que aproximadamente del 40 al 70 por ciento del riesgo que tiene una persona de volverse adicta a la nicotina depende de sus genes.
Tratamientos de reemplazo de la nicotina
Las terapias de reemplazo de la nicotina (las NRT, por sus siglas en inglés), como la goma de mascar o chicle de nicotina y el parche transdérmico de nicotina, fueron los primeros tratamientos farmacológicos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos para usarse en los tratamientos para dejar de fumar. Estas terapias de reemplazo de la nicotina (en conjunto con apoyo conductual) se utilizan para aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia, debido a que producen alteraciones fisiológicas menos severas que los sistemas basados en tabaco y en general proporcionan al usuario niveles de nicotina más bajos que los del tabaco. Un beneficio adicional es que estas formas de nicotina tienen poco potencial para ser abusadas ya que no producen los efectos placenteros de los productos de tabaco. Tampoco contienen los carcinógenos y gases asociados con el humo del tabaco. Se ha demostrado que los tratamientos conductuales son un complemento esencial de las terapias de reemplazo de la nicotina mejorando su eficacia y los resultados a largo plazo.

La aprobación por la FDA del chicle de nicotina en 1984 marcó la disponibilidad (mediante receta médica) de la primera terapia de reemplazo de la nicotina en el mercado de los Estados Unidos. En 1996, la FDA aprobó el chicle Nicorette® para venta sin necesidad de receta médica. Mientras que el chicle de nicotina les proporciona a algunos fumadores el control que para aliviar el deseo por el tabaco, otros no pueden tolerar el sabor ni el hecho de tener que estar masticándolo. En 1991 y 1992, la FDA aprobó cuatro parches transdérmicos de nicotina, dos de los cuales se venden sin prescripción desde 1996. El spray nasal de nicotina salió al mercado en 1996 y el inhalador de nicotina en 1998, ambos requiriendo receta médica. Estos productos cubrieron las necesidades de muchos otros consumidores de tabaco. Todos los productos de reemplazo de nicotina, tanto el chicle, el parche, el spray y el inhalador, parecen ser igualmente eficaces.
Medicamentos adicionales
Aunque el enfoque principal de los tratamientos farmacológicos para la adicción al tabaco ha sido el reemplazo de la nicotina, también se están estudiando otros tratamientos. Por ejemplo, el bupropión, un antidepresivo copn gran eficacia.
Tratamientos conductuales
Las intervenciones conductuales pueden desempeñar un papel integral en el tratamiento antitabáquico, ya sea conjuntamente con medicamentos o por sí solas. Emplean una variedad de métodos para ayudar a los fumadores a romper con el hábito, que van desde materiales de autoayuda hasta la terapia cognitiva-conductual individual. Estas intervenciones enseñan a las personas a reconocer situaciones de alto riesgo que incitan a fumar, a desarrollar estrategias alternativas para no volver a fumar, a manejar el estrés, a mejorar su habilidad para resolver problemas así como para incrementar el apoyo social. Las investigaciones han demostrado que mientras más se ajusta la terapia al caso de cada persona, mayor es la probabilidad de lograr el éxito.

Tradicionalmente, los enfoques conductuales se desarrollaban y se realizaban en ambientes formales como las clínicas para dejar de fumar y numerosos ambientes comunitarios y de salud pública. Sin embargo, en la última década los investigadores han estado adaptando estos enfoques a formatos telefónicos, de correo y de Internet, los mismos que pueden ser más aceptables y accesibles a los fumadores que quieren romper con el hábito.
Romper con el hábito de fumar puede ser difícil. Mientras que la intervención puede ser útil en el momento en que los participantes la reciben, la mayoría de los programas de intervención son de corto plazo (de 1 a 3 meses). Dentro de un periodo de 6 meses, del 75 al 80 por ciento de las personas que tratan de dejar de fumar sufren una recaída. Las investigaciones han demostrado que si se extiende el tratamiento más allá del periodo típico de un programa para dejar de fumar, se pueden lograr tasas de éxito hasta del 50 por ciento al año de haber dejado de fumar.